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Escultura religiosa

Retablo de la parroquia de Santa María de la Asunción

Es un retablo de cascarón del siglo XVIII, de estilo Rococó, aunque también presenta elementos de carácter neoclásico. La traza arquitectónica se contrató con el maestro de Villarreal, Tomás de Jauregui, siendo la obra escultórica de Juan Bautista de Mendizabal, vecino de Eibar.

El esquema del retablo se delimita en una planta curva cóncava, que se adapta a la cabecera. El cuerpo principal se divide en tres calles, dos laterales, con nichos para albergar las figuras de los santos, y una calle central, mucho más amplia, donde se desarrolla el programa iconográfico y se asientan las figuras más importantes.

En el retablo destacan las figuras de los cuatro Evangelistas, a los que acompañan los atributos que les distinguen, junto con cuatro ángeles que portan instrumentos. De igual modo están presentes las tallas de San José, San Joaquín, San Pedro, San Pablo, la imagen de San Felipe Neri, San Ignacio de Loyola y, por supuesto, la de Nuestra Señora de la Asunción, patrona del templo. Además son de gran relevancia las de Jesús y Dios que se asientan en la bóveda. Rematando todo aparece el Espíritu Santo.

La hornacina donde se halla la Virgen enfatiza el ritmo de ascensión del eje central, por lo que la calle del centro está configurada, por tanto, como un camino hacia el cielo. En el conjunto del retablo existe plena teatralidad y movimiento, que claramente, busca un efecto escenográfico en la composición.

También hay que mencionar que el arte Neoclásico tuvo su intervención en esta obra por medio del arquitecto Francisco Sabando, así como de manos de Valentín de Aramburu, maestro dorador de Vitoria. Ejemplos de ello fueron la inclusión del dorado y la eliminación de ciertos elementos barrocos que se llevaron a cabo en la última década del XVIII.

En 1902 se colocó el tabernáculo que hoy día se puede contemplar.

Cristo crucificado

Escultura exenta, independiente del retablo. Fue realizada por Mauricio Valdivielso en los primeros años del XIX.

Posee un estudio anatómico perfecto, pudiéndose situar su estilo en la escuela vallisoletana de escultura, aunque sin el expresionismo que caracteriza a sus tallas.

Retablo de la parroquia de El Salvador

Obra escultórica realizada por el donostiarra José Ignacio Cobreros, muestra, por medio de varios altorrelieves, diversas escenas del Nuevo Testamento, teniendo como figura principal a Jesucristo, quien, formando un eje central bajo una Trinidad y una escena de su bautismo en el Jordán, abre los brazos, como pretendiendo acoger a todas las personas de la Tierra.

Las escenas representadas a los lados izquierdo y derecho de dicho eje vertical son las de las Tentaciones, la Resurrección de Lázaro, la Predicación ante las gentes, y, finalmente, la Pesca en el Mar de Galilea.